Monday, April 09, 2007

Pierre Gemayel, el príncipe de los maronitas

Las familias patriarcales cristianas esperaban hacer de Pierre uno de los presidentes con mayor proyección internacional. Para ellos, debía ser el puente de comunicación con occidente
En Líbano, decir Gemayel es pronunciar el apellido de una de las familias que han defendido la independencia de Líbano.
Pierre Gemayel fue quien fundó la Falange Libanesa. Desde entonces los Gemayel se convirtieron en el escudo y la espada de la comunidad maronita del Líbano.
En 1974, el primogénito de la familia, Bashir, fundó la escuadra BG, formada por estudiantes universitarios para la protección de la comunidad maronita ante los ataques armados de los palestinos.
En 1976 fue nombrado vicepresidente del Consejo Militar de la Falange y durante la guerra civil libanesa unificó las fuerzas militares cristinas bajo su control. Bashir se convirtió en el modelo del guerrero maronita que protegía a su nación.
En 1982, Bashir fue elegido presidente del Líbano, pero morirá asesinado con otras 35 personas poco después.
Bashir será sucedido por su hermano Amin, quien no quería dedicarse a la política y carecía del carisma de su hermano.
Como en el Líbano la pertenencia a una familia contrae obligaciones. Pierre Gemayel, hijo de Amin, se convirtió en la gran esperanza de los maronitas.
Joven abogado recién regresado del exilio, se presto para representar a los fieles a su familia por el escaño tradicional en el 2000.
Desde entonces había ocupado ese puesto parlamentario y desde el 2005, como partícipe de las fuerzas antisirias “14 de marzo” formaba parte de la coalición de gobierno en el cargo de ministro de industria. Su asesinato, con 34 años, ha significado apagar de golpe las esperanzas concebidas en el joven político.
La comunidad maronita se encuentra dividida entre los fieles al general Aoun, quien ha pactado con Hezbollah, y los seguidores antisiros de los Gemayel y Chamoun.
Estas son las familias patriarcales cristianas que esperaban hacer de Pierre uno de los presidentes con mayor proyección internacional. Para ellos, debía ser el puente de comunicación con Occidente como siempre ha existido en Libano desde los tiempos del origen de la Cristiandad
·- ·-· -······-·José Luis Orella