Thursday, February 07, 2008

Beirut, otra vez


La Vanguardia
Tomás Alcoverro
05/02/08

En la misma larga calle -la antigua carretera de Saida - que separa los barrios populares chíi y cristiano de Beirut, que fue frontera, frente militar, de la "guerra de quince anos" de 1975 a 1990, tuvieron lugar la pasada semana los enfrentamientos de muchachos chiís que protestaban por las penurias de electricidad y soldados del ejército de la República que dispararon sobre los manifestantes provocando la muerte de nueve de ellos.

El escenario de este gravísimo episodio, en plena crisis política que impide la elección de presidente de la República, ha conmovido a los libaneses, reavivando temores de un nuevo conflicto civil armado.

Además la iglesia de Mar Mikail frente a la que los "chebab", muchachos del barrio de Chiah, hostigaron a la tropa y empezaron a cruzarse los mortíferos disparos entre uno y otro bando, fue donde se había firmado, hace meses, la polémica "entente" del secretario general de Hizbulá, jeque Nasrallah y el general Michel Aoun, al mando de la" corriente patriótica" cristiana aliada con las fuerzas de la oposición al gobierno de Fuad Siniora apoyado por musulmanes sunís, drusos y otros grupos de la comunidad maronita.

Este paraje urbano en el linde de Chiah y Ain Remaneh, entre el oeste y el este de la ciudad, de latente memoria, es muy simbólico en la historia libanesa. Fue en Ain Remaneh donde un mes de primavera de 1975, empezó la guerra al ametrallar los milicianos cristianos del "Kataeb" un autobús matando a veintisiete de sus ocupantes palestinos. Ahora no hay combatientes palestinos en Beirut pero en Ain Remaneh, se ven carteles y emblemas de las "Fuerzas libanesas" de Sami Geagea, herederas del "Kataeb", y en el fronterizo barrio de Chiah, las organizaciones del Hizbulá y de Amal cuentan con muchos partidarios y despliegan sus banderas y pancartas.

La muerte de uno de los jefes locales de "Amal" herido en la espalda por una bala cuando trataba de calmar a los manifestantes, exacerbo el enfrentamiento callejero. Fue por la penuria de suministro de electricidad en los barrios y suburbios chíis que se organizó la manifestación.

El racionamiento y cortes de fluido eléctrico agravados por la lluvia y las nevadas hacen mella en la vida cotidiana de todos los libaneses. Recién desembarcado en Beirut, el aeropuerto internacional se oscureció de repente debido a esta penosa situación. Mientras las fuerzas de la oposición acusan al ejército y afirman que francotiradores de Sami Geagea, apostados en las azoteas de Ain Remaneh, dispararon a los manifestantes, el gobierno y sus partidarios aseguran que hubo un tiroteo incontrolado y que fueron los jefes de Hizbulá y de "Amal" los que echaron a la calle a los jóvenes para desafiar su autoridad. Han sido emprendidas dos investigaciones oficiales, y en una de ellas se establece que no hubo francotiradores y que el proyectil que mató al jefe de "Amal" no era del calibre que utiliza la tropa...

Los incidentes del "domingo negro" han comprometido al Ejército que hasta ahora había podido mantener su neutralidad en medio de todos los enfrentamientos de los últimos tres años, y había salido bien parado del ambiente de progresiva putrefacción en que se hunde el país. La candidatura de su comandante en jefe, el general Michel Suleiman, que pretendía ser una candidatura de consenso, ha quedado socavada. Desde hace casi tres meses el Líbano no tiene Jefe de Estado.